Chamada para publicação-Dossiê: "Pensar el presente y futuro de la Historia Indígena"

2023-05-31

Canoa do Tempo - Revista del Programa de Posgrado en Historia de la Universidad Federal de Amazonas (UFAM) invita a investigadores de todo el país a enviar artículos inéditos al dossier: "Pensando el presente y el futuro de la Historia Indígena", organizado por profesores Carlos D. Paz (FCH-UNCPBA / Departamento de Historia - Argentina) y Guillaume Candela (Facultad de Historia - Universidad de Leeds).

Existe todo un amplio debate historiográfico, mayoritariamente en Brasil y con menor intensidad en otros países de América, sobre la Historia Indígena. Una discusión que plantea, centralmente, cómo podemos formular investigaciones sobre aquel tema y, sobre todo, si se trata de una Historia Indígena, los Indígenas en la Historia o una Historia de los Indígenas. Proposiciones todas ellas que difieren tanto desde el planteamiento de los supuestos desde los cuales se parte como en la composición de los análisis realizados por cada quien participa del debate. Sin lugar a dudas un debate prolífico que lejos está de alcanzar una proposición hegemónica. Mucho más aún gracias a la activa participación de intelectuales indígenas que realizan aportes notablemente críticos sobre la producción de conocimiento histórico-antropológico sensible y significativo sobre su pasado-presente y sobre los agentes que participan en dicho proceso.

Intervenciones que obligan a los historiadores, así como a otros académicos no indígenas, a reconsiderar su posición en el proceso de construcción de exégesis sobre el pasado de los amerindios. Una posición que, a priori, podemos definir como de intermediarios entre el pasado amerindio que aquellos retoman en su presente por medio de una relación dialéctica y el pasado que investigamos como parte del proceso de construcción de conocimientos sobre el período Colonial y Republicano; momentos donde las poblaciones amerindias tuvieron un notable protagonismo.

Pensar la Historia Indígena como un campo disciplinar requiere en una primera instancia considerar que para el mundo indígena –el cual no debe de acotarse a las realidades amerindias- la lógica que conecta, explica y brinda sentido a los acontecimientos es disímil, cuando no opuesta, a aquella que se hace presente en el Occidente cristiano. Aquella lógica es, además, la que organiza momentos memorables de la vida que son recordados en diversos momentos de la vida social mediante distintas expresiones performativas como, v. g., danzas; cantos; ceremonias de cambio de nombre y status; narraciones orales acontecidas en ocasiones particulares; etc., etc. Manifestaciones de un tiempo que podemos considerar como Historia. Tiempo / Tiempos, que como dimensión/es, permite/n pensar en la construcción de memorias individuales y colectivas. Las mismas que se movilizan en aquellas instancias performativas a las que hicimos mención y que expresan sentidos de pertenencia comunal. Comunidades, de dimensiones locales o bien articuladas entre sí y componiendo unidades mayores como naciones, donde se manifestaron procesos tales como esclavitudes indígenas; aculturación así como cambios en la percepción sobre la relación colonial en que la se vieron envueltos. Problemáticas todas que sin lugar a dudas necesitan de un diálogo entre intelectuales indígenas y los investigadores no indígenas del pasado amerindio; una conversación que permita acercar proposiciones sobre cómo se conforman los saberes nativos y en cómo es que podemos acercar los archivos coloniales que resguardan información sobre los mismos a las comunidades indígenas para que ellas dispongan de la mejor manera posible de aquellas informaciones. Noticias donde la lógica comunal amerindia está presente aunque opacada por aquella impronta colonial que existe desde la conformación misma de los Archivos.

Partiendo de esa definición mínima podemos afirmar que la Historia Indígena no es una Historia de tipo particular sino que la misma se basa en una forma otra de organizar aquello que se considera como pasado; el mismo que tiene implicancias sobre el presente que viven las comunidades –así como sobre el futuro de la Historia como disciplina. Un futuro que puede, y necesita, se complejizado desde aquella proposición iniciática que indica al historiador –en un sentido amplio del término- como intermediario para el rescate del pasado amerindio.

El pasado de las comunidades indígenas, desde los sentidos que el mismo moviliza, es perceptible, de modo indiciario claro está, desde aquellos trazos que han quedado registrados en distintos Archivos. Institución que refleja distintos intereses de dispositivos de poder diversos e, incluso, algunas veces contrapuestos. Cuestión que nos obliga a revisar, en un primer lugar, qué consideramos como Archivo? cómo se componen los documentos que el mismo resguarda? Cuál es la relación intrínseca entre aquellos documentos? y, cuáles son las limitaciones de los mismos para el desarrollo de la investigación histórica?; sobre todo si es que el historiador no asume su rol de intermediario en la selección y conformación de núcleos temáticos que consideramos relevantes. Los mismos que han sido definidos por medio de una relación con un Archivo que hoy invitamos a explorar desde una reconceptualización del mismo así como del oficio del historiador a partir de reconocer que la Historia Indígena necesita de una lógica otra que torne a la misma pensable desde proposiciones que rescaten la propuesta multinatural.

En este proceso de búsqueda de nuevas formas para pensar la Historia Indígena debemos de considerar ampliar nuestro horizonte de preguntas así como construir una metodología de trabajo que permita acceder a los sentidos de la existencia que se resguardan en los distintos documentos con la intención de poder ampliar nuestra mirada sobre registros de aquello que consideramos como pasado nativo y su relación con un momento actual que impone la ejecución de tareas no sólo de rescate de aquel pasado sino también de la divulgación de la producción de un conocimiento histórico que por mucho tiempo permaneció silenciado por lógicas coloniales propias de una Modernidad que acota aquello considerado como otro. Una lógica que, cuanto menos, obstaculiza la circulación y diálogo entre saberes indígenas y no-indígenas anulando así la posibilidad de la construcción de una Historia multinatural e intercultural.

La metodología de trabajo que proponemos, y que esperamos anime el debate, se funda en la necesidad imperiosa de volver sobre la documentación resguardada en el Archivo y realizar un primer abordaje de la misma colocando atención a las formas y usos del lenguaje que componen la misma para, de ese modo, proponer en qué grado dichos documentos pueden esclarecer, desde el punto de vista del nativo, el problema que generó aquel registro y sobre el cual el historiador coloca su atención en un ahora. Un historiador que intenta dialogar con un pasado amerindio que, para aquellos, está presente en este momento que nosotros concebimos como presente; desconsiderando en más de una ocasión el carácter recurrente del Tiempo como dimensión normativa del ser-estar indígena en el Mundo.

Junto con ello es sumamente importante considerar, y esclarecer, en qué medida es necesario consultar otras fuentes, incluso extemporáneas a la confrontadas originalmente, así como ampliar horizontes historiográficos, para poder avanzar en una formulación de una Historia Indígena que reflexione sobre su pasado-presente partiendo desde categorías que tornan inteligible el mundo amerindio al mismo tiempo que desafían la lógica de Occidente.

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